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Estamos viviendo en Canarias dos PANDEMIAS de forma paralela, la COVID-19 y la INACTIVIDAD FÍSICA, la cual ya luchaba por hacerse fuerte entre la ciudadanía, llevándonos hasta los primeros puestos de un ranking del cual no podemos sentirnos orgullosos. La convivencia de estas dos pandemias está haciendo estragos y sus consecuencias están siendo devastadoras a corto, medio y largo plazo.
La inactividad física es una de las principales causas de, al menos, 35 enfermedades crónicas (Booth, Roberts y Laye, 2012), y la carga global media de mortalidad prematura evitada por la actividad física es del 15,0%, lo que equivale de forma conservadora a 3,9 millones de muertes anuales» (Strain y cols., 2020).
El pasado 1 de diciembre de 2020, el Parlamento de Canarias reconoció que la obesidad infantil es un problema de Salud pública, con un índice del 44,2 %, por encima de la media española. Beatriz González López, experta en Economía de la Salud Pública asociaba estos índices a la pobreza, a la falta de cultura de ejercicio físico y a la escasa calidad nutricional de la alimentación en Canarias ¿Pero qué estamos haciendo para paliar esto?, ¿Qué se puede hacer desde la administración pública para evitar estas consecuencias negativas para el futuro de nuestra ciudadanía?, mucho nos tememos que la gravedad del problema supere hasta las peores expectativas.
Sabemos que para cambiar cualquier situación se necesitan tres formas de discernimiento: La crítica del estado actual, la visión renovada de cómo debería ser y la teoría de transformación.
Precisamente la Covid- 19 no es está siendo un buen aliado en este sentido, ya que las restricciones en el sector del ejercicio físico y el deporte, no solo conllevan consecuencias económicas devastadoras, pérdidas de empleo, cierre de empresas, etc, sino que van mas allá, siendo los usuarios, es decir, la ciudadanía canaria, los grandes afectados, porque hablamos de restricciones que están coartando la posibilidad de ejercitar y promover la salud entre sus practicantes y poder minimizar estas cifras desorbitadas.
La evidencia científica ha demostrado que el ejercicio físico y la práctica deportiva es un elemento directamente asociado y relacionado con la salud de la población, siendo incuestionables los beneficios de la práctica de ejercicio físico y su impacto en la salud individual y colectiva de la población.
Estudios recientes previos a la Covid- 19 (Exercise Regulates the Inmune System. Wang J, Lui S, Li G, Xiao J. Enero 2020; Adv Exp Med Biol), mostraban como el ejercicio físico adecuado y pautado en dosis correctas, reducía la inflamación sistémica e incluso podía modular células cancerígenas. Durante la pandemia, se 1 publican otros estudios sobre los beneficios del ejercicio físico de intensidad moderada frente a la Covid-19, concluyendo que éste es antipatogénico, disminuye las posibilidades de infecciones respiratorias, las complicaciones metabólicas y las infecciosas, el riesgo cardiovascular y disminuye las comorbilidades (Clin Exp Med. 2020 jul 29: 1 -14) o el estudio acerca de los efectos sobre la salud a largo plazo por la pérdida de masa muscular, la sarcopenia, debido a las restricciones para bloquear la incidencia de la Covid19, sobre todo en el adulto mayor (Gerosciencia. 2020, octubre, p. 1- 32).
«Aquellos que creen que no tienen tiempo para hacer ejercicio, tarde o temprano tienen que buscar tiempo para estar enfermos» (Edward Stanley).
El cúmulo de evidencia científica que muestra la relación entre la práctica de ejercicio físico y salud, a día de hoy está fuera de cualquier duda, así como el reconocimiento de la práctica de educación física, actividad física y deporte como un derecho fundamental por La Constitución Española, dentro de su Título I, artículo 43.3, «Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte». También el Libro Blanco del Deporte de la Comisión Europea (2007) señala el interés general y el carácter esencial del deporte y la UNESCO en su Carta internacional de 2015 reconoce que «La práctica de la educación física, la actividad física y el deporte es un derecho fundamental para todos».
Por ello, desde el Consejo COLEF, con el ánimo de proteger la salud de la ciudadanía han emitido un manifiesto de adhesión, apoyado y replicado por el COLEF CANARIAS, para la consideración como actividad esencial de la educación física, la actividad física y el deporte, el cual incluye la reivindicación de que “toda práctica físico-deportiva supervisada por profesionales y técnicos, independiente de su ámbito (federado o no), se trate bajo los mismos parámetros y, en el caso de que se establezcan medidas diferentes de restricción según el subsector, estén basadas en evidencias y datos de contagio que justifiquen dichas diferencias”.
Por otro lado, sería conveniente y de forma paralela, una Regulación del Ejercicio Profesional del sector, el cual precisa de un reconocimiento inminente como actividad esencial, pero no por ello menos importante de su profesionalización y ordenación, para poder garantizar que los servicios prestados a la ciudadanía se desarrollen en condiciones de seguridad y calidad, dirigidos y supervisados por profesionales titulados.
Por esta razón, el “Observatorio de la Actividad Física y el Deporte”, se convierte en un elemento indispensable en estos momentos, por lo que su implantación se hace relevante a la hora de cuantificar y extraer los datos necesarios, para poder argumentar y planificar las políticas deportivas, mas necesarias que nunca.
Esta doble pandemia, está convirtiéndose en una carrera de obstáculos que se eterniza con el paso del tiempo, y donde los colectivos mas desfavorecidos y vulnerables están quedándose atrás, por lo que cualquier plan de reactivación debería abordar a todo el espectro poblacional. Asimismo, desde el ámbito educativo debemos proporcionar mas horas de Educación Física así como una mayor concienciación hacia la práctica de hábitos físico y saludables, para generar desde edades tempranas esa adherencia para el resto de la vida. Y por supuesto, no debemos olvidar a nuestro mayores, los grandes damnificados por la COVID-19, a los que hemos de devolverles la calidad de vida que merecen ofreciéndoles la mejor medicina, el ejercicio físico.
Tenemos la oportunidad de trazar un nuevo plan estratégico, de renacer, de reactivarnos, y de escribir un nuevo capítulo en el desarrollo de una moderna Ley de la Actividad Física y el Deporte de Canarias, que abarque las necesidades de todos los estratos de la sociedad y no sólo del mundo federativo. Es una ocasión única que nos podría convertir en un referente nacional.
Eva Navarro Navarro
Doctora y Licenciada en Educación Física
Educadora Físico Deportiva, nº. 12.312
Presidencia COLEF CANARIAS
Profesora del Ciclo Formativo TSAF
IES TONY GALLARDO, Las Palmas de Gran Canaria
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