La Educación Física, al igual que otras materias, puede gustar más o menos al alumnado, puede ser impartida por un/a mejor o peor docente, pero gran parte de la culpa de las malas experiencias es achacable a la desidia de la Administración y los centros educativos por esta asignatura.
El término Educación Física (EF) se hizo viral en redes sociales en las últimas semanas, y quizás algo tuvieron que ver dos hechos que se produjeron en la mañana del 3 de septiembre: Pau Gasol y su Fundación presentaban los resultados preliminares del Estudio PASOS y Pedro Sánchez presentaba las 370 medidas con las que su partido quería propiciar la investidura. Mientras Gasol solicitaba más calidad y cantidad para la EF, el PSOE proponía que la materia tuviese de nuevo carácter troncal.
Dos hechos confluían: a los medios les interesaba y también a los cientos de personas lectoras y espectadoras que detrás de sus dispositivos reaccionaban, compartían y comentaban sobre la EF en base a sus experiencias. Los comentarios sobre las experiencias con la asignatura de EF fueron diversos, desde aquellas personas que contaban cómo la materia, y la empatía del profesorado, salvaron a ese/a adolescente que no encontraba su lugar, hasta las que describían la incomprensión o la desgana docente.
La EF, al igual que otras materias, puede gustar más o menos al alumnado, puede ser impartida por un/a mejor o peor docente, pero gran parte de la culpa de las malas experiencias es achacable a la desidia de la Administración y los centros educativos por esta asignatura. El desconocimiento y la falta de cultura física han hecho que se la menosprecie, desaprovechando el verdadero potencial educativo que tiene demostrado con creces en múltiples publicaciones científicas relacionadas con la salud, hábitos de vida, valores, rendimiento académico, mejora cognitiva, motivación, etc. Ha sido una asignatura que ha sufrido de maltrato durante años y que, pese a ello, hoy se exportan a otras materias sus metodologías activas, la relaciones docente-alumnado, el clima de clase...
La historia de la EF escolar en España está plagada de luces y sombras. El carácter instructivo de la materia ha dejado un poso difícil de borrar en generaciones que realmente sí hacían “gimnasia” para mejorar la condición física con carácter utilitario. La obra de Cagigal refleja esa lucha que él y muchos profesores y profesoras de EF emprendieron para transformar esa “gimnasia” en la verdadera Educación Física de hoy en día, una materia con un carácter pedagógico e inclusivo, que desarrolla la educación integral y que es realmente útil para la formación de la persona.
En esa reivindicación y proceso de transformación, en la que el Colegio Profesional tuvo mucho que ver, se consiguieron unificar los títulos y los primeros profesionales cualificados salieron del INEF. Pero la necesidad de docentes de EF era mayor que las personas tituladas, por lo que se cubrieron plazas con personas sin cualificación que han permanecido durante años en sus puestos. El problema es que la legislación actual, sigue permitiendo que se reproduzca este hecho.
Para ser Profesor/a de EF en Secundaria o Bachillerato no es imprescindible tener la licenciatura o el grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFyD), pues las CCAA pueden disponer qué titulación universitaria es el requisito para presentarse a unas oposiciones. Para los centros privados, el Estado solo marca que tendrá una titulación universitaria y experiencia docente acreditable. Y en Primaria la situación no mejora, pues la formación de la mención de EF se ha reducido a 36 créditos del total del grado universitario. Evidentemente estos requisitos no garantizan una formación específica para impartir una materia con unas peculiaridades muy especiales y es el alumnado el que sufre las peores consecuencias.
Afortunadamente, son muchas las personas docentes que están formadas adecuadamente y están haciendo una verdadera Educación Física de Calidad, con modelos pedagógicos testados científicamente, adaptados al alumnado, evaluaciones que dejan a un lado el rendimiento físico-deportivo y apuestan por los proyectos cooperativos y los retos y por la coevaluación.
Podemos afirmar que la EF es absolutamente imprescindible en el desarrollo de las personas, porque contribuye a la educación integral del individuo, inculca hábitos de vida saludable, mejora la competencia corporal, mejora la capacidad intelectual, la toma de decisiones, la autoestima, la salud, etc. Los deportes extraescolares en este momento tienen una visión más competitiva y menos educativa, por lo que nunca pueden sustituir lo que se consigue en las clases de EF. Esta asignatura provee al alumnado de la suficiente “cultura motriz”, el aprendizaje de patrones de movimiento diversos, con el objetivo de evitar la “pobreza motriz” que acarrea graves consecuencias a nivel comportamental, de salud, etc. Como ya señaló Hammeleck en 1976, “la Educación es mucho más que Educación Física, pero es muy poco sin ella”.
Ahora bien, todo el alumnado, así como sus padres, madres y tutores/as, deben estar amparados para poder recibir la Educación Física de Calidad que merecen, evitando experiencias traumáticas que les impidan desarrollarse en el futuro como personas adultas activas y saludables. Por eso, para evitar que esto siga produciéndose, es hora de que la Administración haga caso a las solicitudes y reivindicaciones de la Organización Colegial de la Educación Física y Deportiva:
Fomentado el sistema de Colegios Profesionales legitimado por el propio Estado, en este caso los Colegios Profesionales de Educadores/as Físico Deportivos/as, para que alumnado, padres, madres y tutores/as puedan recurrir a ellos denunciando la mala praxis, para que las personas docentes que no ejerzan acorde a la deontología sean sancionadas, e incluso inhabilitadas.
Haciendo cumplir, en colaboración con los Colegios Profesionales, la colegiación de todos/as los/as profesores/as de EF, tal y como se establece en el RD 2957/1978, y ratificado en la STC 194/1998, tanto en los centros privados como públicos (últimas sentencias sobre la colegiación de los empleados públicos), para que la ciudadanía pueda ampararse en las herramientas que proporciona el Colegio ante las faltas de deontología profesional.
Legislando que solamente aquellas personas que se han formado de manera específica para la enseñanza de la EF sean quienes impartan la asignatura en todos los niveles educativos.
Comprobando que el profesorado de EF (Secundaria y Bachillerato) está colegiado a través del censo colegial de educadores/as físico deportivos/as de España.
Denunciando posibles casos de mala praxis para que sean tramitados por el Colegio Profesional, en virtud de incumplimientos deontológicos.
Difundiendo el Proyecto para una Educación Física de Calidad en España para que pronto sea una realidad de la que se beneficie toda la sociedad.
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